CÓMO MOTIVAR A TUS HIJOS PARA QUE ESTUDIEN DURANTE LA CUARENTENA.
La
ansiedad y el estrés que se perciben en el ambiente con la situación que
vivimos juegan en contra de la motivación a la hora de estudiar desde casa
porque “desemboca en un bloqueo emocional que paraliza y que retroalimenta la
sensación de agobio e inquietud. Esto no afecta solo a la persona que lo sufre,
también repercute en la dinámica familiar. Para evitarlo, es importante no
culpabilizar a nadie y rebajar en la medida de lo posible las exigencias en
épocas de crisis”. Lejos de caer en la tensión con los hijos a la hora de que
estudien en casa durante la cuarentena y dejarnos llevar por la preocupación y
la responsabilidad de asumir el rol de los profesores ausentes presencialmente, conviene
centrarse en que “la motivación por aprender es posible, recomienda Zaida
Moreno, neuropsicóloga clínica y psicóloga general sanitaria de Elea, Instituto
Psicoeducativo.
- Seguir una rutina diaria,
relativamente estructurada, pero también flexible. Se puede combinar tiempo de trabajo y descanso que incluya
actividades lúdicas en familia.
- Descubrir que el aprendizaje
no solo reside en los libros y en
realizar tareas escolares , sino que existen otras
opciones, como la lectura, pintar o actividades grupales físicas
virtuales, como yoga o pilates.
- Rebajar la presión que
imponemos a los niños/as a la hora de cumplir con todos los deberes así como la necesidad de seguir el plan de trabajo diario por
materias. Las circunstancias y el contexto en el que se lleva a cabo el
aprendizaje en casa y en el colegio son diferentes. Los requisitos pueden
ser distintos y las tareas más dinámicas.
- Crear un ambiente agradable
para estudiar en casa; bien ventilado y sin ruido.
Evitar el uso excesivo de aparatos como el móvil o la tablet. El mal uso de las nuevas tecnologías no
favorece el aprendizaje y puede producir un estado interior de agitación y
excitación que perjudica nuestra capacidad de atención y memoria a largo
plazo.
- Tener unas rutinas adecuadas
con respecto a los horarios de sueño. Para
mantener el bienestar mental. Ejercicios de relajación.
- Establecer una comunicación
positiva, de confianza y ayuda entre profesores, padres y alumnos. Es una buena oportunidad, para desarrollar capacidades y actitudes
como la empatía, la autoestima, el diálogo y la superación de situaciones
adversas.
CÓMO ACTUAR CUANDO TU HIJO/A NO QUIERE ESTUDIAR.
Conviene evitar dramatizar sobre que el niño/a se niegue a
estudiar porque “tiene que asumir o no su responsabilidad como estudiante.
Insistir machaconamente a los hijos suele ser contraproducente porque se
acostumbran a oír, que no a escuchar, el soniquete paterno, lo cual acaba
convirtiéndose en un juego para conseguir su atención. Suele resultar más
productivo no entrar en ese juego; eso sí, avisándoles de que, si no cumplen
con su responsabilidad, habrá un coste negativo que los progenitores deberán
concretarles de entrada. Como la coherencia es fundamental en educación, estos
deberán cumplir la advertencia en cualquier caso. Es muy importante que el/la niño/a entienda que los estudios son su tarea y, no porque se lo digamos, sino porque
nuestro comportamiento sea coherente con ellos y se muestre confianza en cómo
trabajan y se organizan para estudiar”.
Desde esa perspectiva, se puede
guiar a los niños para que fijen su atención en que “si algo está resultando
una novedad, producto del encierro, es el regalo del tiempo y la presencia. Si
lo vemos por el lado positivo, la oportunidad es doble: podemos hacer cosas que
siempre quisimos y nunca encontramos el momento para realizar. Por otro lado,
también es tiempo para no hacer; aprender a estar sin actividad ni plan
prefijado”.
Oportunidades para ver la cara pedagógica de la situación impuesta por el
coronavirus ( el lado bueno de las cosas):
- Explorar el lado creativo de
los niños/as. Aprovechar para dibujar,
hacer manualidades, cantar, bailar, jugar con la voz, inventar historias e
ilustrarlas.
- Compartir juegos de mesa en
familia que sirven a los niños para
aprender a divertirse con normas, a jugar, perder y colaborar en equipo.
- Los niños/as pueden descubrir
cómo funcionan las cosas en casa cuando ellos están en el cole y hacerles
partícipes de las tareas habituales, como
hacer las camas, regar las plantas o ayudar a cocinar. Es una buena
oportunidad de que valoren el trabajo que se hace entre bastidores todos
los días cuando ellos se ocupan de sus actividades escolares.
- Aprender cómo se teletrabaja. Los niños/as pueden aprender de los padres que trabajan desde casa la
autodisciplina.
- Organizar el espacio y el
tiempo de convivencia en casa. Es un
buen momento para aprender sobre el terreno a planificar y separar el
tiempo de ocio y de trabajo, así como para delimitar espacios y respetar
las zonas de intimidad en casa. De esta forma, se evita la saturación y
los conflictos en la convivencia.
- Enseñar a parar y estar. Dejar de hacer, que es nuestra dinámica habitual para dar espacio a
una charla banal o trascendental; al silencio o al aburrimiento. Dejar pasar
las horas, desde la presencia y disponibilidad con nuestros hijos, al
tiempo que estamos inactivos; sin tener que liderar o dirigir nada.